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La infertilidad en México

La infertilidad no siempre es visible. En México la infertilidad afecta a una de cada tres personas, que no logra concebir de forma natural, esta condición, que se define como la incapacidad para lograr un embarazo después de 12 meses de relaciones sexuales frecuentes sin protección, o seis meses si la mujer tiene más de 35 años.

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La médica Claudia Castillo, ginecóloga con alta especialidad en Biología de la Reproducción Humana, directora médica, del Instituto Ingenes, menciona que la infertilidad puede ser causada por múltiples circunstancias, lo importante, es el camino hacia un diagnóstico certero y un tratamiento adecuado.

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Cada historia de fertilidad debe comenzar con información precisa. “El primer paso debe ser una evaluación médica integral que considere todos los factores, tanto femeninos como masculinos. Un diagnóstico claro no solo detecta, también guía”, afirma la experta en Biología de la Reproducción Humana, quien forma parte de asociaciones como la ESHRE y la AMMR.

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Los datos permiten dimensionar el problema

El 40% de los casos de infertilidad son por causas femeninas, otro 40% a masculinas, 10% a una combinación de ambos factores y el 10% restante sigue sin explicación definida. En las mujeres, pueden influir alteraciones uterinas, ovulatorias, o tubáricas. En los hombres, los principales factores están relacionados con la calidad y cantidad de espermatozoides, así como problemas en la eyaculación o disfunción sexual.

Edad

La edad también tiene un peso importante. Aunque suele pensarse que mientras haya menstruación hay posibilidad de embarazo, la realidad es más compleja. Una mujer menor de 30 años tiene menos de 20% de probabilidad de embarazarse cada mes. Después de los 40, esta cifra cae a 5%. Las mujeres nacen con un número limitado de óvulos que disminuye con los años. No solo se reduce la cantidad, también baja la calidad, y eso complica aún más las posibilidades de lograr tener un bebé.

Emociones

El estrés no es una causa directa de infertilidad, sí impacta la forma en que se vive el proceso. Por eso se necesita un enfoque integral que incluya acompañamiento psicológico y sensibilidad clínica. Tomar decisiones con claridad, sentirse acompañado y reducir la ansiedad también forman parte del tratamiento.

Técnicas

Las técnicas para tratar la infertilidad son diversas y deben adaptarse a cada caso. Desde métodos de baja complejidad, como el coito programado o la inseminación artificial, hasta opciones más avanzadas como la fecundación in vitro, la restauración de óvulos, entre otros. Un programa multiciclo es clave para mejorar las posibilidades de éxito, concluye la experta.


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