Cortesía: Luis Dorado

Trastorno por atracón: la batalla invisible detrás de la obesidad en México


Trastorno por atracón: la batalla invisible detrás de la obesidad.

Crédito: Pixabay

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En México, la lucha contra la obesidad suele medirse en kilos perdidos y dietas fallidas. Sin embargo, detrás de cada intento frustrado se esconde, en muchos casos, un enemigo silencioso: el trastorno por atracón. Un problema de salud mental poco visibilizado que entrelaza emociones, neurobiología y un fuerte estigma social.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP, 2021), uno de cada tres adultos con obesidad en el país ha intentado perder peso al menos cuatro veces sin éxito. La explicación, aseguran los especialistas, no se reduce a la falta de disciplina o malos hábitos, como dicta la narrativa común. Existe un trasfondo más complejo: los trastornos del comportamiento alimentario.

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“El trastorno por atracón no es falta de voluntad. Es un trastorno mental con un fuerte componente neurobiológico y emocional”, afirma el médico con maestría en Nutrición Clínica, Luis Jesús Dorado, médico especialista en nutrición clínica y obesidad. Según él, una parte significativa de quienes viven con obesidad arrastran en silencio episodios recurrentes de atracones, en los que comen grandes cantidades de alimentos acompañados de culpa y vergüenza.

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Entre la comida y la culpa

El trastorno por atracón afecta tanto a hombres como a mujeres y suele confundirse con el llamado “comer por ansiedad”. No obstante, sus implicaciones son mucho más profundas. “La relación es bidireccional: la culpa por comer puede llevar a más atracones, y el aumento de peso intensifica el estigma y la autoexigencia”, explica Dorado.

La ciencia lo respalda. Un estudio publicado en The Lancet Psychiatry (2021) encontró que hasta el 30% de los pacientes que buscan tratamiento para la obesidad cumplen criterios de trastorno por atracón. Además, investigaciones recientes han identificado alteraciones en áreas cerebrales relacionadas con el control de impulsos y la recompensa, lo que desmonta la idea de que se trata únicamente de un problema de autocontrol.

El peso del estigma

Uno de los mayores retos no es solo el diagnóstico, sino el juicio social y médico. La narrativa que reduce la obesidad a “falta de voluntad” perpetúa el silencio. Muchos pacientes no buscan ayuda por vergüenza y, cuando lo hacen, no siempre reciben el acompañamiento adecuado. “Ese estigma daña profundamente. Impide ver la obesidad y los atracones como lo que son: condiciones médicas complejas”, advierte el especialista.

Más allá de la báscula

El abordaje del trastorno por atracón exige una mirada integral. Hoy existen tratamientos efectivos que combinan terapia cognitivo-conductual, nutrición personalizada e incluso farmacoterapia en ciertos casos. Pero el primer paso, coinciden los expertos, es reconocer que los atracones no son un “mal hábito”, sino un síntoma de algo más profundo.

“No podemos tratar la obesidad sin preguntarnos por qué comemos como comemos. Y no podemos hablar de atracones sin hablar de emociones, trauma, estrés y salud mental”, concluye el especialista en Nutrición Clínica y Manejo Integral de la Obesidad.

La obesidad en México no se explica únicamente con cifras de calorías o sedentarismo. Detrás de cada número hay historias atravesadas por emociones y silencios. Reconocer al trastorno por atracón como parte del problema puede ser el inicio de una estrategia de salud pública más humana, menos centrada en la báscula y más en la dignidad de quienes luchan contra la comida… y contra sí mismos.


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