La batalla contra el reloj biológico. Después de alcanzar sus metas profesionales, viajar, disfrutar la vida, las mujeres de 40 años deciden ser madres por primera vez, pero enfrentan a diversos problemas biológicos y, hoy la medicina reproductiva está al lado de esas profesionistas.

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La batalla comienza
Elena de 40 años está casada con Juan. La pareja decidió postergar la posibilidad de convertirse en papás. Ella no se miraba cargando un bebé, sus objetivos eran otros: estudiar una maestría en finanzas, un doctorado en economía y un trabajo como directiva en un banco extranjero: “ A las mujeres de mi generación nos enseñaron que no podíamos quedarnos sentadas, que teníamos que luchar, que si querías destacar profesionalmente tenías que trabajar duro. Y eso fue lo que hice, viví dedicada al trabajo y mi vida social y amigos, a viajar y a divertirme. Una vez que solventé esas inquietudes decidí experimentar la maternidad refiere Elena.
En contraposición, su madre, Julieta, revela que en la década de los sesenta, cuando cursaba la carrera de secretaria ejecutiva, se podía sentir la presión social por formar una familia. Según ella, “a los 23 años ya sentía que se me estaba yendo el tren”.
Allá por los años 40 había un dicho muy popular: “Mujer que no tiene hijos, no es mujer”. Se asumía que antes de los 21 años se debía encontrar un hombre, casarse y formar una familia; si no, se convertía en una “quedada”. Los expertos dicen que la vida de una mujer, en términos sociológicos, era simple, pues vivía dedicada a la crianza de los hijos, el hogar y la pareja.
¿ Qué pasó con Elena? Sigue la batalla
La idea de convertirse en madre le nació hasta que cumplió 38 años. El escenario era ideal: seguía casada con Juan, éxito profesional, madurez emocional y estabilidad económica. Sólo que no contaba con que embarazarse le resultaría muy difícil. Tuvo que pasar dos años en revisiones médicas y largos tratamientos de fertilidad. Ahora tiene 40 años. Es mamá de Ana Victoria de cuatro meses.
Elena forma parte de una generación que decidió tardíamente preparar mamilas, cambiar pañales y enseñar a andar a sus hijos en bicicleta. En términos biológicos, la maternidad tardía se refiere a todas aquellas mujeres que deciden su primer embarazo a los 35 años o más y cuya capacidad reproductiva se reduce por la calidad de los óvulos.

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“Una mujer nace con cerca de 2 millones de óvulos, pero al inicio de la pubertad solo conserva unos 350,000, y a partir de los 35 años, tanto la cantidad como la calidad ovárica disminuyen rápidamente”, explica Cintia García, socia titular activa de la Asociación Mexicana de Medicina de la Reproducción (AMMR).
La especialista refiere que la mujer en la década de los 40 goza de buena salud y puede tener un embarazo exitoso, tener un hijo en esa etapa requiere atención especializada debido a los mayores riesgos que puede conllevar tanto para la madre y el bebé.
Una maternidad tardía en términos médicos es considerada de alto riesgo por la disminución de la reserva ovárica, la mayor probabilidad de infertilidad, las complicaciones durante el embarazo y el parto, y los riesgos genéticos para el bebé.
El embarazo en mujeres mayores de 40 años ha aumentado significativamente en las décadas recientes como un reflejo del cambio en las dinámicas sociales y la mayor participación femenina en la vida laboral y profesional, de acuerdo con Carlos Maquita Nakano, médico con subespecialidad en biología de la reproducción humana y director general de Red Crea Fertilidad.
Por su parte, la doctora Lourdes Flores Islas, miembro de la Sociedad Europea de la Reproducción Humana y Embriología (ESHRE), explicó que el control prenatal temprano y adecuado es crucial para las mujeres que planean un embarazo después de los 40 años. “Las consultas periódicas con un médico obstetra especializado pueden ayudar a detectar problemas a tiempo y, en muchos casos, prevenir complicaciones graves; además, el monitoreo de la salud general de la madre, incluyendo su presión arterial, niveles de azúcar en la sangre y el bienestar fetal, es esencial para garantizar un embarazo lo más saludable posible”, recomendó.
Hoy más que nunca la fertilidad debe asumirse como un derecho humano, no como un privilegio, consideró, Maquita Nakano, director general de Red Crea Fertilidad. La institución celebra 25 años de apoyar a germinar sueños que hoy atiende los desafíos de la maternidad y paternidad actuales.
Como parte de este aniversario, la red médica anunció su renovación institucional, adoptando el nombre Red Crea Fertilidad, con una identidad que refleja su compromiso con una atención más incluyente, humana y tecnológicamente avanzada. Este cambio responde a la evolución de los modelos de familia y al crecimiento de la demanda por soluciones reproductivas personalizadas, centradas en la diversidad, el respeto y la accesibilidad.https://hechoenmexico.economia.gob.mx/
Y es que -agregó- “no hay una única forma de amar ni una única forma de ser familia, pero lo que sí debe ser universal es el acceso a la fertilidad y eso lo tenemos muy claro”, dijo el fundador y director general de Red Crea Fertilidad.
https://noticias.alejandrina.com.mx/dolor-en-el-pechocuando-es-una-emergencia-del-corazon
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