Estudios recientes confirman que las personas con amputación tienen una mayor tendencia a desarrollar problemas de depresión y ansiedad.
Crédito: Ottobock
La amputación se acompaña de disminución de la capacidad funcional de la persona, altera su rol en la sociedad y tiene un impacto psicológico, personal y familiar.
Amputación, depresión y ansiedad
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que cerca del 20% de las personas que sufren una amputación experimentan síntomas de depresión durante el primer año postoperatorio. Este impacto se agrava en aquellos que no reciben el apoyo psicológico adecuado, incrementando el riesgo de trastornos de ansiedad y estrés postraumático. Por su parte, el Instituto Nacional de Salud Mental de los Estados Unidos (NIMH), respalda que la intervención temprana en salud mental es fundamental para reducir los efectos adversos a largo plazo.
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Salud mental
La salud mental de los mexicanos que viven amputados es un tema prioritario que requiere mayor visibilidad y atención profesional, indica Mónica Guadalajara, responsable de Ottobock para México, Centroamérica y El Caribe. Así, las amputaciones, ya sea por accidentes, complicaciones médicas o condiciones congénitas, generan no solo una pérdida física significativa, sino también un profundo impacto emocional y psicológico.
Por ello, es crucial que tanto las autoridades, la iniciativa privada, así como la sociedad comprendan y actúen en favor del bienestar integral de quienes enfrentan esta realidad: en México se amputan 75 personas al día de acuerdo con la Academia Nacional de Cirugía (ANC).
Impacto psicológico de la amputación
De acuerdo con Frida Esquivel García, licenciada en psicología por la Universidad Justo Sierra, quien también cuenta con una maestría en psicología de la salud por el Instituto de Estudios Psicológicos (ISEP), en Barcelona, “las personas con amputación presentan mayor riesgo de desarrollar problema de salud mental como ansiedad, trastorno de estrés post traumático, alteraciones en la imagen corporal y lo más común: depresión”.
Además, “es común y esperado que las personas con amputaciones transiten por el proceso de duelo, ya que la pérdida de una extremidad puede asemejarse a la muerte de un ser querido”, advierte la psicóloga Esquivel García.
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