Crédito: MED-EL

¡Ojo con la pirotecnia! El lado oscuro de la fiesta está en los oídos


¡Ojo con la pirotecnia! El lado oscuro de la fiesta está en los oídos. Cuida la salud auditiva.

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Las luces de colores iluminan el cielo, las multitudes aplauden y la música de la celebración se mezcla con el estruendo de los fuegos artificiales. La escena parece perfecta, pero lo que muchos no imaginan es que ese “detalle festivo” puede dejar una huella silenciosa y permanente en la salud auditiva.https://noticias.alejandrina.com.mx/la-ruta-de-los-milagros

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la explosión de la pirotecnia puede alcanzar hasta 150 decibeles (dB), una intensidad que supera con creces los límites seguros para el oído humano. Para dimensionar: un avión en pleno despegue ronda los 120 dB, una sirena de ambulancia llega a 110 dB y el tráfico intenso se mantiene en 90 dB. El estruendo festivo no solo compite con estas fuentes de ruido, las rebasa peligrosamente.

El riesgo no es menor. Los sonidos por encima de los 85 dB ya representan un daño potencial si la exposición es prolongada. En el caso de la pirotecnia, basta con segundos para que las células del oído interno sufran lesiones irreversibles. Y las poblaciones más vulnerables —bebés, niños, adultos mayores o personas con sensibilidad auditiva— enfrentan un impacto todavía mayor.

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“Además de representar un espectáculo visual colorido, los fuegos artificiales conllevan un riesgo sonoro considerable. La exposición a estruendos de esta magnitud causa desde un trauma acústico agudo hasta una pérdida auditiva irreversible”, advierte la audióloga Dulce María García Jacuinde, especialista en MED-EL México.

Entre los síntomas más comunes tras la exposición destacan tinnitus (zumbidos en los oídos), dolor, vértigo, náuseas, problemas de equilibrio e incluso sangrado en casos extremos. Lo más preocupante es que las secuelas no siempre aparecen de inmediato: pueden manifestarse días o semanas después, dificultando la identificación del daño.

El llamado es claro: no ignorar las señales. Si tras una celebración se perciben zumbidos constantes, sensación de oído tapado o dificultad para entender conversaciones, lo recomendable es acudir de inmediato con un especialista. Una detección temprana puede marcar la diferencia entre una recuperación parcial o una pérdida auditiva definitiva.

Tecnología médica

La tecnología médica, sin embargo, ofrece soluciones. Los audífonos digitales de última generación o los implantes cocleares —considerados una de las innovaciones más importantes en salud auditiva— permiten restaurar la percepción de sonidos y mejorar significativamente la calidad de vida. Estos dispositivos no solo devuelven la posibilidad de escuchar, también favorecen el desarrollo del lenguaje en niños, la inclusión escolar y laboral, y combaten el aislamiento social que acompaña a la hipoacusia profunda.

A diferencia de los audífonos convencionales, que amplifican el sonido, los implantes cocleares estimulan directamente el nervio auditivo, ofreciendo un rango más amplio de frecuencias y matices sonoros. Una alternativa que, según los especialistas, debe ser evaluada caso por caso, pero que representa una esperanza real para quienes han perdido la audición a causa del ruido, incluida la pirotecnia.

Así, la próxima vez que las luces de colores iluminen el cielo, vale la pena recordar que detrás del espectáculo visual puede esconderse un enemigo invisible: el estruendo. Porque cuidar la audición también es celebrar con responsabilidad.


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