Crédito: INAH-Museo Nacional del Virreinato
Sor Juana Inés de la Cruz, una de las mexicanas más destacadas de la historia nació el 12 de noviembre de 1648 en San Miguel Nepantla, Virreinato de la Nueva España. Ahí empezó su recordado camino.
A 375 años de su nacimiento, recordamos a Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana, una mujer que rompió con todos los convencionalismos del siglo XVII y cultivó múltiples pasiones además de la poesía, la música y la pintura, incluso se presume que también gustaba de cocinar.
Aquí presentamos 11 curiosidades de La Décima Musa:
- Aún se resguarda el acta de bautizo de la célebre poeta en el bautisterio de la iglesia de San Vicente Ferrer, en el pueblo de San Vicente Chimalhuacán, Ozumba, Estado de México, en las faldas del volcán Popocatépetl.
- Juana Inés pasó su infancia en la hacienda Panoaya ubicada en Amecameca, Estado de México.Aprendió a leer y escribir a los tres años al lado de sus abuelos maternos, pero también aprendió náhuatl con los indígenas, lengua que empleó para escribir.
- Aficionada a leer a los clásicos grecolatinos, escribió a los 15 años de edad la comedia Amor es más laberinto, considerada una obra mitológica.
- A la muerte de su abuelo, en 1656, la joven fue enviada por su madre a la Ciudad de México a vivir a la casa de su tía María.
- Sólo necesitó estudiar 20 lecciones de latín con el bachiller Martín de Olivas para dominar esta lengua, lo cual se comprueba en la maestría de varias de sus obras.
- En el año 1664, Juana Inés ingresó a la Corte como dama de honor de la virreina Leonor María Carreto, marquesa de Mancera, a la que dedicó algunos sonetos con el nombre de Laura. Sometida a examen público ante las mentes más brillantes de la Nueva España, terminaron por alabar su erudición.
Sor Juana Inés pasó su infancia en la hacienda Panoaya, en Amecameca.
Crédito: Alejandrina Aguirre Arvizu
7. En el año 1667 entró al convento San José de la orden de las Carmelitas Descalzas, al admitir estar harta de la vida cortesana y “para la total negación que tenía al matrimonio era lo más decente que podía elegir en materia de la seguridad de mi salvación”. Salió de ese claustro enferma, debido a las condiciones insalubres.
8. El 24 de febrero de 1669, Juana Inés profesó en el convento de San Jerónimo. Las paredes de ese claustro vieron transcurrir los siguientes 25 años de su vida, rodeada de admiración y envidia por su talento. Su padrino, el gobernador Pedro Velázquez de la Cadena, pagó la dote de 3,000 pesos reales para que pudiera ingresar.
9. En 1692, la monja compró una celda –parecida a un departamento– de dos pisos con estancia, cocina, escalera y una biblioteca con 4,000 libros ubicada en el patio. El pago fue de 300 pesos realizado a la priora del claustro con la firma del arzobispo Aguilar y Seijas.
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10. Por nueve años, la monja fue la contadora del claustro y el resto del tiempo lo dedicó a estudiar, escribir, recibir correspondencia y enviar regalos en un convento que consintió que las mujeres estudiaran.
11. Sor Juana Inés escribió varios villancicos, uno dedicado a las hierbas medicinales de la Nueva España, usadas por las monjas para sanar diferentes males.
Fuentes:
1. Entrevista con la doctora Ana Castaño Navarro, investigadora del Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM.
2. Yo, la peor, Mónica Lavín, editorial Planeta, 2009
3. Catálogo de Esqueletos de las Monjas del Ex Convento de San Jerónimo, Ciudad de México, Universidad del Claustro de Sor Juana y el Instituto Nacional de Antropología e Historia, 2018
4. Testimonio del claustro. Sor Juana Inés de la Cruz ante la crítica, Lourdes Franco, Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM, 1995
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